Comienza la música y un lepero que estaba un tanto bebido ve una señora elegantemente vestida de negro. Tambaleante, se acerca a ella y le dice:
– Madame, ¿Me concede el placer de este baile?
– No
– ¿Y por qué no?
– Pues por cuatro motivos:
Primero, porque usted está borracho.
Segundo, porque esto es un velatorio.
Tercero, porque el Ave María no se baila.
Y cuarto porque madame será su madre. ¡Yo soy el cura!