Un hombre entra desesperado a una farmacia y le pregunta al farmacéutico:
– ¿Tendrá usted algo para la diarrea?
El farmacéutico era nuevo en el negocio y rápidamente le ofreció el primer medicamento que encontró. El señor le paga y sale corriendo como una bala de la farmacia.
Más tarde el farmacéutico se da cuenta que por un error gravísimo le dio al señor un medicamento para los nervios. Horas después el hombre vuelve a la farmacia. Entonces, el farmaceutico, al verlo, le dice:
– Perdone caballero, pero ha habido una terrible confusión y le he dado las pastillas que no eran, dígame, ¿se encuentra usted bien?
– Claro, contesta el señor, estoy tranquilo, completamente cagado, pero tranquilo.
chistes de farmacias
Farmacéutico encarcelado
Un farmacéutico entra en la cárcel y le pregunta su compañero de celda:
– ¿Por que te trincaron?
– Es una historia muy larga.
– Será por tiempo…
– Pues ahí va. Fui al médico a que me recetase la viagra, ya que yo soy farmacéutico, pero honrado. El médico me mandó al urólogo, el urólogo al medico, el médico me mandó a hacer unas pruebas para el corazón. Llegue a casa y me encontré a mi mujer con otro.
– ¡Y lo mataste!
– No, le di por culo a él y después a mi mujer.
– ¡Te denunció el amante de tu mujer!
– No, pero estaba tan cabreado que fui al urólogo y le di por culo.
– ¡Te denunció el urólogo!
– Que va, se ve que le gustó. Después fui al médico y también le di por culo.
– ¡Fue el médico, te denunció el médico.
– Tampoco, a él también le gustó. Fue un día en el supermercado. Un tipo me pilló mangando una botella de whisky. Quiso convencerme para que no lo hiciera, y yo, le bajé los pantalones y le di bien dado, lo malo fue que a él no le gustó y era policía.
– Menos mal que aquí no hay viagra.
– No me hace falta. Es ver un culo y me pongo palote. ¿En qué litera voy a dormir?
– En la que quieras, yo esta noche no duermo.
Farmacia en Brasil
Entra un turista a una farmacia en Brasil y le dice al farmacéutico:
– Una aspirina, por favor…
El negro saca una aspirina enorme, del tamaño de un plato y se la envuelve. El tipo, confundido le pregunta:
– ¿No tiene una aspirina más pequeña? ¿Una de tamaño normal?
Y el negro le responde:
– ¡En Brasil fabricamos as aspiriñas mais grandes du mundu!
El tipo, asombrado, acepta la enorme aspirina y dice:
– Deme un tubo de pasta de dientes, por favor.
El negro saca un tubo del tamaño de un termo y le dice: – ¡En Brasil fabricamos o tubo do pasta dentífrica máis grande du mundu! ¿Vocé gusta algo máis?
El tipo lo piensa un poco y le responde:
– No, gracias negro, los supositorios los compro de regreso a mi país.