Tres hombres están desnudos en la sauna. De repente algo empieza a pitar. El primer hombre, un ingeniero de la Politécnica de Cataluña, aprieta su antebrazo y el pitido para. Los otros lo miran inquisitivamente.
– «Es mi busca», dice. «Tengo un microchip bajo la piel de mi brazo».
Unos minutos después suena un teléfono. El segundo hombre, un licenciado de la Autónoma, extiende la palma de su mano hasta su oreja. Cuando ha terminado se explica,
– «Es mi teléfono móvil. Tengo un microchip en la mano».
El tercer hombre, un licenciado de la universidad del País Vasco, sintiéndose definitivamente poco tecnológico, sale de la sauna. Pasados unos minutos vuelve con un pedazo de papel higiénico colgándole del trasero. Los otros alzan las cejas.
-«Estoy recibiendo un fax», dice.
chistes de Florentino Fernandez
Mi vecino Antonio
Una bella mujer joven sale de la ducha, se envuelve con una toalla yavisa a su marido que ya puede ducharse. Cuando él entra en la ducha suena el timbre de la puerta. La esposa le dice que ella abre, y baja a abrir la puerta envuelta en la toalla.
Al abrir la puerta se encuentra a su vecino Antonio, quien se queda sin palabras ante la visión que le ofrece la señora. Entonces, él saca dos billetes nuevecitos de 100 euros y le dice a ella que son suyos si deja caer la toalla hasta la cintura.
Ella piensa, «¿por qué no?», de modo que deja caer la toalla y deja sus senos al descubierto , entonces coge el dinero. Antonio jadea ante lo que ve; saca prontamente otros 200 euros y se los ofrece por dejar caer la toalla hasta el suelo para ver todo el asunto. La mujer piensa que ya había llegado bastante lejos, así que no le importaba hacerlo, y deja caer la toalla al suelo enseñando su precioso cuerpo. Antonio la contempla un momento, le da las gracias y se va.
Cuando ella sube de nuevo, su marido que acababa de salir de la ducha, le pregunta que quién había llamado a la puerta.
Ella contesta:
– Era nuestro vecino Antonio.
– ¿Y ha traído los 400 euros que me debe? – pregunta el marido.
Colegas en la selva
Van dos colegas por la selva y uno se va a mear. Al rato, el que se ha quedado esperando oye los gritos de auxilio del que se ha ido a mear, éste va corriendo a ver que le pasa.
Al llegar le dice:
– ¿Qué te pasa?
– Que estaba meando y me ha picado una serpiente en la punta del nabo.
– Voy a llamar a el médico haber que me dice.
El caso es que éste llama al médico y le dice:
– Doctor, que a mi amigo le ha picado una serpiente en la punta del nabo, ¿qué hago?
– Tranquilo, solo tienes que succionar hasta que salga todo el veneno.
Entonces el amigo dolorido le pregunta:
– ¿Qué te a dicho el doctor?
A lo que su amigo le contesta:
– Te vas a morir tío…