-Capitán capitán. ¡Nos hundimos!
-Ya lo sé marinero.
-¿Y no va a hacer nada?
-Estamos en un submarino marinero!.
chistes de marineros
pantalones marrones
Hace mucho tiempo vivió un hombre de mar, el Capitán Bravo. Era muy valiente y jamás mostró temor ante un enemigo. Una vez, navegando los siete mares, el vigía vio que se acercaba un barco pirata, y la tripulación del barco se volvió loca de terror. El capitán Bravo gritó
– Traigan mi camisa roja!!
y llevándola puesta instigó a sus hombres al ataque, y vencieron a los piratas. Unos días más tarde, el vigía vio dos barcos piratas. El capitán pidió nuevamente por su camisa roja, y la victoria volvió a ser suya.
Esa noche, sus hombres le preguntaron por qué pedia la camisa roja antes de entrar en batalla, y el capitán contestó:
– Si soy herido en combate, la camisa roja no deja ver mi sangre, y mis soldados continúan peleando sin miedo.
Todos los hombres quedaron en silencio, maravillados por el coraje de su capitán.
Al amanecer del día siguiente, el vigía vio no uno, no dos sino DIEZ barcos piratas que se acercaban. Toda la tripulación dirigió en silencio sus ojos al capitán, que con voz potente, sin demostrar miedo, gritó:
– Tráingame mis pantalones marrones!
Primer día con garfio
Un marinero y un pirata se encuentran en un bar y se empiezan a contar sus aventuras en los mares. El marinero nota que el pirata tiene una pierna de palo, un garfio en la mano y un parche en el ojo y le pregunta al pirata:
– ¿Y cómo terminaste con esa pierna de palo?
El pirata le responde:
– Estabamos en medio de una tormenta y una ola me tiró al mar, caí entre un montón de tiburones. Mientras mis amigos me subían un tiburón me arrancó la pierna de un mordisco.
– !Guau! – replicó el marinero. – ¿Y qué te pasó en la mano, por qué tienes ese garfio?
-Bien…. estábamos abordando un barco enemigo y mientras luchábamos con nuestras espadas contra los otros marineros, un enemigo me cortó la mano.
– ¡Increíble! – dijo el marinero -¿Y qué te paso en el ojo?
– Una paloma que iba pasando y me cayó excremento en el ojo.
– ¿Perdiste el ojo por un excremento de paloma?
– Bueno… es que era mi primer día con el garfio…