Hubo una vez un concurso de los más mentirosos del mundo, en la final quedaron un ruso, un norteamericano, y un español.
Cuando comenzó la gran final, el ruso dijo:
– Nosotros los rusos, le pusimos sal al mar.
Todo el mundo quedó impresionado, con la boca abierta.
Le toca el turno al norteamericano, y dice:
– Nosotros sembramos el árbol del paraiso, donde Adán tomó la manzana.
Todo el mundo más impresionado que el concursante anterior.
Ahora le toca el turno al español, que dice:
– ¡Pues yo vi a los dos!
– ¡Pues yo vi a los dos!