Un borracho iba caminando por la calle. De pronto, unos gangsters lo meten a en un coche y se lo llevan a un cuarto oscuro, lo sumergen en el agua una y otra vez, y le dicen:
– ¡Confiesa ya! ¿Dónde está el dinero?
Y así fueron horas y horas, hasta que el borracho se paró y dijo:
– Bueno bueno, mejor llamen a un maldito buzo porque yo no veo nada.