Se encuentra un soldado veterano explicando a unos amigos lo que le pasó en la guerra y les cuenta:
– Yo tuve la experiencia de caerme dentro de una letrina en el campo de batalla.
– ¡Increíble!, comentan los amigos.
– ¿Hasta dónde te impregnaste de toda esa porquería?, preguntan.
El veterano contesta:
– Hasta los tobillos.
– ¡Ah, por lo menos no estaba tan llena!, suspiran sus amigos.
– ¿Como que no? ¡Caí de cabeza!