Un hombre se despierta súbitamente a las tres de la madrugada, y al sentirse mal, llama a su médico. El médico llega a su casa y lo examina minuciosamente, haciendo gestos de disgusto…
– Por favor, llame a todos sus hijos, a su abogado y a un notario. Le dice.
– ¿Qué tan mal estoy, doctor? ¿Me voy a morir? ¡Dígamelo doctor!
El médico responde:
– ¡Nada de eso! ¡Lo que pasa es que no quiero ser el único estúpido que despiertan a las tres de la madrugada, para nada!