Esto era un hombre que va por la calle llevando a un pingüino de la mano; se encuentra con un amigo, y éste le dice:
– Pero Pepe; ¿y ese pingüino?
– Pues ya ves, me lo encontré en la calle.
– Y, ¿por qué no lo llevas al zoológico?
– Ah, pues mira, es buena idea, mañana mismo lo llevo.
A los pocos días, se vuelven a encontrar y Pepe sigue llevando al pingüino de la mano; el amigo le pregunta:
– Pepe, ¿no me dijiste que ibas a llevar al pingüino al zoo?
– Sí, lo llevé, y nos lo pasamos genial. Mañana vamos al cine.