Un hombre va a trabajar cuando le pregunta un lepero que estaba de paseo por su ciudad:
– Oiga, por favor, ¿Me podría decir que autobús tengo que tomar para ir al museo?
– Sí, aquí mismo, tome el número 48.
A mediodía, nuestro hombre vuelve del trabajo para ir a comer y se encuentra al atlante que todavía está esperando en la parada del autobús.
– ¿Pero qué hace todavía aquí? ¿No le dije que tomara el 48?
– ¡Claro! Y ya han pasado cuarenta y tres autobuses.