Un día la mamá de Jaimito lo manda a traer huevos, iba Jaimito a comprar, pero en su camino se topó con un circo y se detuvo a mirar un momento, y vio un gorila gigante. Cuando llegó a su casa le contó a sus padres que había ido al circo y que el gorila tenía, un brazotes, unas patotas, también unas manotas…
Entonces, la mamá le pregunta:
– ¿Y los huevos Jaimito?
– ¡Grandototes, mami, grandotes!