En la sala donde los estudiantes de medicina hacen prácticas, llega un hombre con un ataque al corazón:
– Mi corazón, mi corazón.
Tranquilo hombre, le dice el estudiante, que enseguida viene un médico y le atiende.
En eso llega uno de primero y pregunta:
– ¿Es éste el del corazón?
– Sí doctor, sí.
Saca dos agujas y chass chass, se las clava en los ojos, a lo que el estudiante dice:
– Pero oiga, que era el corazón lo que le dolía.
– Ojos que no ven…