Un hombre y una mujer acababan de conocerse en una reunión social y estaban conversando. El tema eran sus matrimonios anteriores.
– Yo perdí a mi marido en el mar, dijo la señora.
– Lo siento mucho, replicó el caballero, ¿Se lo llevaría una corriente mientras nadaba?
– ¡No, que va!, íbamos en un crucero y se lo llevó una rubia despampanante.